Cinco lecciones de la reunión de líderes del G20

La reunión de los líderes de los países que componen el G20 de los días 4 y 5 de septiembre en la ciudad de Hangzhou, China, ha buscado definir la nueva senda de crecimiento económico en un contexto de ralentización de la economía a nivel global.

Durante la reunión, los líderes de las 20 primeras economías del mundo han debatido sobre reformas fiscales y nuevos acuerdos y estrategias para impulsar el crecimiento y la innovación. El foro, eminentemente económico, ha venido marcado no obstante por diversos aspectos políticos como la situación política de Brasil, el brexit o la guerra en Siria.

El evento ha resultado en varios acuerdos sobre cinco temas principales: innovación y crecimiento económico, comercio e inversión, desarrollo sostenible, gobernanza financiera, y coordinación de políticas económicas. Entre las iniciativas destacadas hay acuerdos que buscan promover la digitalización y la nueva revolución industrial, la responsabilidad contra la corrupción, la financiación de negocios o la renovación de infraestructuras.

Estas son las cinco conclusiones principales del encuentro de Hangzhou:

  1. El crecimiento lento de la economía mundial preocupa a los líderes de las principales potencias mundiales. Los líderes parecen decididos a revitalizar la economía. De manera significativa, el acuerdo final de la reunión incluye un objetivo explícito de los líderes mundiales para tratar de generar un crecimiento económico más distribuido e igualitario. Como anfitrión, China invitó a la reunión a varias economías en vías de desarrollo (Chad, Kazajistán o Laos, entre otras) para reforzar el mensaje de la necesidad de una globalización más justa.
  2. Un punto importante ha sido el de la condena a las medidas proteccionistas y la repetición del compromiso de los países industrializados de crear una economía mundial abierta e inclusiva. Este punto fue impulsado por China, que recientemente ha experimentado varios reveses en inversiones en Europa, Australia y Estados Unidos. A su vez, Reino Unido y Estados Unidos han promovido un compromiso para luchar contra el exceso de producción en el sector del acero.
  3. La decisión de Reino Unido de abandonar la UE continúa condicionando la agenda política internacional. Estados Unidos ha manifestado su intención de priorizar un acuerdo comercial con la UE primero y con Reino Unido después, mientras que Australia, miembro de la Commonwealth, ha aprovechado para posicionarse como un socio comercial prioritario para el país anglosajón. El panorama internacional continúa tratando de reorganizarse y buscar un nuevo equilibrio.
  4. Uno de los elementos más significativos ha sido la firma del Acuerdo de París sobre medio ambiente, el COP 21, por parte de China y Estados Unidos. La suma de las dos principales economías (y los dos principales países contaminantes) al tratado supone un nuevo impulso para la lucha contra el calentamiento global y la consecución de los objetivos de sostenibilidad. Ambas potencias han animado a aquellos países que aún no han firmado que estampen su rúbrica y se unan a los compromisos medioambientales del acuerdo. La 22ª sesión de la Convención contra el cambio climático de la ONU tendrá lugar en Marrakech en noviembre de este año y se centrará en la entrada en vigor del Acuerdo de París.
  5. La cita en Hangzhou ha supuesto el estreno mundial de Michel Temer como nuevo presidente de Brasil una vez se ha confirmado la destitución de Dilma Rousseff por parte del Senado brasileño. El presidente Temer ha buscado despejar dudas sobre la economía del país carioca y dar una imagen de estabilidad política.

Por último, la reunión de líderes del G20 ha servido para reforzar el rol de China en la gobernanza internacional. De acuerdo a algunos indicadores China podría superar a los Estados Unidos como principal economía mundial en 2018, y el país asiático parece decidido a aumentar su presencia internacional para ajustarse a su papel como principal motor económico mundial.

El G20 nació en 1999 como un foro para reunir a las 19 principales economías industrializadas mundiales más la representación de la Unión Europea. Este grupo tiene como objetivo reforzar la gobernanza económica internacional, promoviendo la estabilidad financiera y coordinando esfuerzos entre países.