Isidro Laso, director de Startup Europe: “Queremos convertir Europa en un continente de startups”

– ¿Cómo está apoyando Europa el emprendimiento y el desarrollo de startups?

La UE está ayudando a las empresas innovadoras emergentes en todas sus fases, inicio, crecimiento y salida al mercado. Lo está haciendo fundamentalmente de tres maneras, conectando ecosistemas, dando apoyo para la internacionalización y facilitando la financiación. La herramienta más importante para nosotros es Startup Europe cuyo principal objetivo es conectar ecosistemas en la UE. Queremos crear un movimiento a nivel comunitario para convertir Europa en un continente de startups.

Por un lado, respaldamos los proyectos con la marca “Startup Europe” que animamos a que los miembros de los ecosistemas de startups europeos utilicen en sus actividades. Además, favorecemos el contacto entre ecosistemas poniendo en marcha proyectos en los que se encuentren aceleradores, inversores, grandes empresas o universidades para que puedan conocer y ayudar a las empresas emergentes a moverse de un ecosistema a otro. En expansión internacional estamos trabajando mucho con Silicon Valley para entrar en mercado americano, con India… Pronto comenzaremos a trabajar con África y Latinoamérica. Y, en tercer lugar, reforzamos el acceso a financiación.

– ¿Qué medidas contempla Startup Europe para facilitar la financiación a las empresas?

Nosotros lo que hacemos es prestar apoyo en cofinanciación con inversores privados. No seguimos el patrón de ofrecer subsidios sino que buscamos la alianza con inversores privados que participan directamente en la selección de los proyectos. Contamos con el Instrumento Pyme, dentro del programa Horizonte 2020, que financia diferentes fases de pymes enfocadas en I+D+i; ofrecemos el dinero en cascada a través de intermediarios que son quienes al final financian los proyectos y estamos trabajando en dos iniciativas que van hacia el concepto de smartmoney.

“Queremos evitar que las startups beneficien solo a una élite”

– ¿Cómo funciona?

Se enmarca en ámbitos como el Consejo Europeo de Innovación (European Innovation Council o EIC) y el Fondo de Fondos. En el primero, que apoyará a los innovadores más prometedores de Europa, habrá un énfasis mayor en préstamos y cofinanciación; en el Fondo de Fondos un gestor privado gestionará un fondo grande de 1.200 millones de euros que capitalizará grandes fondos de inversión para que ellos financien a las startups. Finalmente, contamos con el Fondo Europeo de Inversiones (European Investment Found) que es el mayor proveedor de financiación a startups en Europa; casi el 40% de todo el dinero que va a las startups europeas proviene del EIF que invierte indirectamente con inversores privados.

– ¿Se da respuesta así a uno de los grandes desafíos históricos de las startups?

La financiación ya no es el primer problema para las startups europeas. El principal escollo es la calidad del ecosistema, las conexiones. ¿Es fácil para una startup de Madrid conocer a otras empresas de nueva creación como la suya, entrar en contacto con inversores que puedan ayudar con la tecnología o con empresas grandes que puedan reforzar la comercialización de su producto o servicio? Estos factores componen la calidad del ecosistema. Las startups que acaban yéndose a otro sitio a crecer lo hacen precisamente porque buscan estas conexiones.

La otra gran prioridad para los nuevos emprendedores es el acceso al talento. Es un problema cuando los ecosistemas empiezan a estar maduros y ya no es fácil encontrar a perfiles tecnológicos que estén dispuestos a embarcarse en un proyecto nuevo en el que en determinados momentos es más difícil retribuir con salarios muy competitivos. En esos casos, se están ofreciendo stock options de forma que se compensa al talento y además se involucra a todos en el objetivo de consolidar la compañía.

– ¿Cómo sería un ecosistema ideal para impulsar a las startups en Europa?

La clave para que un sistema funcione es la densidad de conexiones dentro del ecosistema. Se ve en Silicon Valley o en Cambridge, por ejemplo. El entorno ideal es que haya una densidad de conexiones entre ecosistemas europeos tan alta que cualquier startup que necesite un inversor sea capaz de encontrarlo en cualquier sitio de Europa –y viceversa-.  Lo que hay que conectar son las personas, a los actores más importantes de todos los ecosistemas.

“El principal escollo para la startups europeas es la calidad del ecosistema”

– En este sentido, ¿en qué situación se encuentra el ecosistema español respecto a Europa?

España empezó tarde pero se ha puesto al día muy deprisa. Si te fijas en los datos del informe State of the European Tech, elaborado por Atómico y Slush, Madrid es el cuarto hub europeo por número de desarrolladores por detrás de Londres, París y Berlín. Además, España es el tercer hub de talento tecnológico internacional. Y el dato que me parece más relevante. Madrid es, de los grandes, el ecosistema que más ha crecido en el último año con un 82% y le sigue Barcelona con un 71%. En Valencia o Sevilla los crecimientos superan el 100%. Es necesario conocer estas cifras y respaldar este movimiento.

– ¿No sería mejor reforzar un único polo en lugar de varios, como en Silicon Valley?

No, al contrario. La competencia entre polos es sana para todos, no es un inconveniente. Hay zonas por toda Europa que están compitiendo y pujando por posicionarse, las empuja a ser cada vez mejores. Lo importante es que existan las conexiones y que la movilidad de ideas y personas fluya, sea fácil.

Crear un Silicon Valley en Europa es una idea que se ha abandonado ya hace años. Al final, los problemas que crea Silicon Valley para la sociedad no compensan los beneficios porque genera riqueza en una zona muy acotada. Ha creado una élite y nosotros queremos crear diversidad. Por eso, la idea es que la densidad se expanda.

– ¿Cómo valoráis el impacto de las startups en el empleo?

Se dice que las pymes son las que crean los puestos de trabajo pero no es en sentido tan amplio. Son ese 2% de pymes innovadoras las que crean, según el país, entre el 40 y el 60% del empleo neto. En el caso de Suecia, por ejemplo, es el 52% de todo el empleo neto. Pero también es cierto que no están siendo capaces de generar el nuevo empleo a la velocidad suficiente para reemplazar al que en paralelo se va destruyendo. De ahí llegan algunos de los problemas sociales que es necesario gestionar y que seguirán llegando en el futuro. En todo caso, es mejor incentivar que los puestos de trabajo se generen en proximidad y gestionar en paralelo desde las administraciones públicas los efectos sobre el resto del empleo.

– ¿Y la formación? Existe un debate sobre si la educación actual forma adecuadamente a los niños y a los adultos para desenvolverle en el nuevo panorama competitivo ¿Forma parte del ecosistema?

Es fundamental que la formación, las universidades, los colegios se incorporen al ecosistema porque es la manera de evitar que el efecto de las startups se quede en la élite y asegurarnos de que beneficie a toda la sociedad. Por ello es tan importante que la comunidad educativa en su conjunto forme parte de este contiente de startups.

Por otro lado, hay que ser consciente de que el sector educativo ha sido el menos impactado por las empresas innovadoras y la tecnología hasta la fecha. Hablando recientemente con Tim Draper, uno de los mayores inversores de Silicon Valley, me decía que los sectores en los que preveía una mayor disrupción y donde más le interesaba invertir eran en educación y salud. ¿En qué se traducirá esta disrupción?  Nadie lo sabe porque una de las características de las startups es precisamente la no predictibilidad. Se pueden inferir pistas como que será más sencillo provocar ese cambio radical en países con alto porcentaje de educación en casa, pero aún no se puede saber.

Una referencia, la French Tech

El programa europeo más similar al proyecto Startup Europe de la Comisión Europe es La French Tech, una iniciativa con fines similares que creó el Gobierno francés hace tres años, precisamente cuando Macron era ministro de Economía.

– Otro de los sectores con potencial es el turismo, ¿crees que puede existir una buena oportunidad para as empresas emergentes españolas considerando la relevancia del sector en Europa?

Nosotros hemos creado una sección de Turismo porque es un área en la que no existe el número de startups que pensamos que debería haber para innovar y modernizar. Evidentemente, países como España deberían estar especialmente interesados en potenciar la innovación en este sector, mejorar la experiencia del turista, etc. Ahora se están haciendo muchas cosas, de hecho la empresa ganadora de la sección de turismo de startup Europe era española, Waynabox, una compañía especializada en ofrecer viajes sorpresa donde el viajero no descubre su destino hasta dos días antes de volar.

– ¿Qué papel están llamadas a desempeñar las empresas consolidadas en el impulso de las startups en Europa?

La relación entre empresas consolidadas y startups es de ganar-ganar. El acceso a la innovación que obtienen grandes empresas a partir de sus experiencias con startups sería muy complicado de conseguir a nivel interno. Se ha visto un cambio importante en este sentido en España en el último año. Hay ya muchas empresas privadas y públicas que se han sumado a la corriente de las startups y las corporaciones quieren formar parte del ecosistema, desde el inicio hasta el momento de ayudarlas en su comercialización o expansión. Esta tendencia se replica en el resto de países europeos.