Recuperación y ¿evolución? Los retos para el sector de automoción en España

Casi un millón de coches vendidos en Europa en enero. Un 6,7% más que en el mismo mes del año anterior y 17 meses consecutivos al alza. Son los datos de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (Acea) que confirman la recuperación del sector; también en España.  El organismo asegura que “analizando los principales mercados, el incremento de la demanda se debe fundamentalmente al importante crecimiento registrado en España (+27,5%) e Italia (+10,9%)”. Las cifras de febrero fueron aún mejores. Según los datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), el mercado de turismos en España registró en febrero un incremento del 26,1% y un total de 86.717 unidades vendidas, el mayor volumen para un mes de febrero desde el año 2010. Ya son 18 meses de crecimiento continuado.

Desde la asociación, atribuyen la tendencia alcista al Plan PIVE, aunque a este factor se han sumado otros en el último año. Para Francisco Roger, socio responsable del sector de Automoción de KPMG en España, “si bien es cierto que uno de los pilares básicos de este crecimiento es la aprobación por parte del Gobierno de España de sucesivos planes de estímulo a la compra de vehículos como el PIVE, no es menos cierto que una recuperación de estas características no sería posible sin una clara mejora de la confianza de los consumidores sustentada por unas mejores cifras de crecimiento económico y de creación de empleo”.

Tradición frente a innovación

Nueva etapa, pues, para el sector de automoción en España. Pero la recuperación no ha modificado las preocupaciones de los consumidores. Según la opinión de más de 200 directivos del sector a nivel mundial recopiladas para el informe de KPMG Global Automotive Executive Survey 2015, la eficiencia en el gasto de combustible, la seguridad y el confort son las características que siguen guiando la compra de los consumidores, por encima de aspectos más novedosos e innovadores como la conectividad o el uso de energías alternativas. A esto, en el último año, se ha sumado la preocupación por aumentar el ciclo de vida del vehículo.

No hay cambios sustanciales a la vista y los directivos tampoco los prevén en su modelo de negocio. Cuando fueron preguntados por la posibilidad de que surgiera una gran disrupción en su modelo de negocio en los próximos cinco años, un 57% aseguró que lo veía algo o totalmente improbable. Un 32% se mostró neutral.

Pero los retos son muchos y en los últimos años las tecnologías aplicadas al automóvil han evolucionado rápidamente. “Los encuestados podrían estar subestimando el efecto en sus modelos de negocio de los cambios en las necesidades de movilidad”, asegura el informe. “La mayoría resta importancia al impacto de las tecnologías del coche conectado y de conducción automática, a pesar de que estos desarrollos se encuentran en un nivel avanzado y acumulan gran atención de la industria y de los medios”, concluye.

A estos desafíos digitales, Francisco Roger suma otros relacionados con la regulación o la distribución en España: “los fabricantes de automóviles y la industria de componentes se enfrentan a la creciente presión de los reguladores, que les obliga a innovar continuamente con el fin de reducir emisiones e incrementar la seguridad de los vehículos. En cuanto a las redes de distribución, sus retos se derivan de la revolución tecnológica que se ha producido y que les obliga a profundos procesos de adaptación. Hoy en día es más fácil adquirir un vehículo por Internet y la inmensa mayoría de los fabricantes permiten ya personalizar a los clientes potenciales sus vehículos a través de sus respectivas páginas web. No obstante, la necesidad de interacción de los clientes con los vendedores en los concesionarios de automóviles es todavía necesaria y el uso adecuado de las nuevas tecnologías e Internet debe revertir en una mejora de la experiencia de compra para los clientes”.